lunes, 16 de mayo de 2016

Editora de mi propia vida



Vaya, no escribía desde enero! Y han pasado tantas cosas desde entonces... Debo reconocer que no escribí estos meses, porque intentaba reencontrarme conmigo misma. 

Parece mentira, pero a veces es necesario bajarse en alguna estación del tren de la vida para estabilizarse emocionalmente y luego continuar el viaje, o bueno, es lo que acostumbramos a hacer los "bohemios"; es decir, aquellas personas que llevamos un tipo de vida "libre y poco organizada" (primera definición que salta en Google).

Yo, guardando las proporciones, considero desde hace algunos años que encajo en este selecto grupo de mentes incomprendidas, que funcionan a base de inspiraciones y sensaciones, quizás por los años, los viajes, las experiencias, las conversaciones... ¡quién sabe!, lo cierto es que lo tangible, lo "estable" y lo económico, con el tiempo comienza a perder importancia y se valoran otros aspectos de la vida.

Hoy cumplo 7 meses de vivir en España, aunque para ser franca, siento como si hubiesen sido años, porque el proceso de adaptación no ha sido nada fácil, pues en un abrir y cerrar de ojos pasé de tener a mis 24 años una vida "estable": un gran trabajo, dinerillo extra, conciliación de tiempo-vida laboral, cero presiones, cero dependencia económica, etc, a una vida repleta de cambios: 6 horas de diferencia horaria, estaciones, volver a ser estudiante, no producir cash, vivir de los ahorros y ver adelgazar el bolsillo en la medida que pasa el tiempo, ser una "doña nadie", adaptar el lenguaje, afinar el oído para entender a los andaluces que hablan a todaaa... mecha y con abreviaturas, adaptarme a otro modelo educativo (con un poco de autocensura me atreveré a decir que un poco más precario que el de Colombia en cuanto a calidad y exigencia), nuevas formas de ver la vida, de relacionarse, de transportarse, de trabajar... En fin, muchas cosas de un sólo sopetón.

Probablemente si mi madre leyera esto, diría: "mija, yo se lo dije, se lo advertí, eso no es fácil, usted decidió hacerlo aunque no tenía necesidad. Termine eso y véngase pa´la casa, usted sabe que aquí le va mejor". Y ella sabe por mi personalidad, que me chocaría un montón ese discurso protector, aunque guardaría silencio ante sus suaves y sabias palabras.

No sé si de forma asertiva o no, pero a mí las cosas fáciles nunca me han gustado del todo, yo no nací para seguir libretos, quiero escribir mi propia historia. Aunque ella y otras personas no lo vean así, quedarse en la zona de confort no te permite crecer, te estanca, te quedas en un mismo punto, una misma rutina y creo firmemente que así como en el amor, la vida debe reinventarse a diario, yo necesito que cada amanecer me signifique una motivación, un desafío, una aventura... Así soy, sorry.

España no es la panacea, pero es un lugar bonito, baratito, en el que se come bastante bien y hay gente que merece mucho la pena. He contado con la suerte de crear lazos casi de amistad con personas de diferentes lugares de la "madre patria": mis 'miamers' y de haber trabajado unos cuantos meses en una empresa que me ha dejado grandes aprendizajes y vínculos que aspiro conservar por años. 

Quiero intentarlo transitoriamente aquí, porque Colombia es un país divino, con una gastronomía y un paisajismo brutal, lo que tú quieras; pero la realidad es que llega un punto en el que te cansas de "sobrevivir" y deseas empezar a "vivir", al menos es lo que quisiera para mí y para los míos. A lo mejor mañana cambio de opinión, porque la tierrita pega mucho, pero de momento lo veo así.

La historia continuará...




No hay comentarios:

Publicar un comentario