Estuve convencida hasta hace poco, de que en una ruptura amorosa generada por decepción, lo mejor era "no perder el tiempo en diálogos y echarle tierrita al asunto"; pero me he dado cuenta, de que esa conducta corresponde a una muestra de: inmadurez y resistencia a liderar un adiós definitivo.
Hace un par de meses, leí algo que me hizo reflexionar frente al cierre de los ciclos, en el libro "Adulterio" de Paulo Coehlo: "porque las cosas que no terminan claramente siempre dejan una puerta abierta, una posibilidad inexplorada, una oportunidad de que todo pueda volver a ser como antes", ¡NADA MÁS CIERTO!...
Como la escéptica que soy, me dispuse a comprobar la veracidad de la dichosa frase, en el intento de dejar atrás al más reciente de mis tormentos... Decididamente, una mañana acudí a un encuentro "no planeado" con el susodicho, en el que no quería entrar en confrontaciones, ni permitir el espontáneo y patético lagrimeo; pero sí, dejar claro que no tenía interés en que la cosa entre los dos volviera a ser como antes.
A pesar de que el tipo NO captó la idea de que NO tenía interés en volver a su lado (porque es un egocéntrico de m... y jura que todas las mujeres mueren por él), al pasar unos días sentí una paz interior única. Me liberé de una carga emocional que no me hacía bien y de paso, le dí una lección al tipo, que debe estar acostumbrado (con su poder, inteligencia, elocuencia y demás) a que las féminas le rueguen; pero esa regla conmigo NO funciona, porque soy una chica de sentimientos blandos con convicciones firmes y era el momento de dar un adiós definitivo.
Sé que cuesta tomar la iniciativa, por supuesto y no lo hice sólo porque la frase de Coelho me motivara a mirar en introspectiva, sino también, porque creo que con la misma valentía que le das la "bienvenida" a alguien a tu corazón, debes aprender a dar un "adiós". Es importante sentarse a hablar, así sea por última vez, basta con tener una actitud de respeto hacia la otra persona y presentar los argumentos con sensatez, nada de victimarse.
Tengo la seguridad de que el "deber ser" de las relaciones, es invertir esfuerzos, tiempo y sentimientos, en experiencias que edifiquen como persona y brinden tranquilidad. Si tienes una pareja que no te la da, simplemente no dudes en decir: "chau".
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