lunes, 18 de mayo de 2015

¡Que no quede nada en el tintero!



Estuve convencida hasta hace poco, de que en una ruptura amorosa generada por decepción, lo mejor era "no perder el tiempo en diálogos y echarle tierrita al asunto"; pero me he dado cuenta, de que esa conducta corresponde a una muestra de: inmadurez y resistencia a liderar un adiós definitivo.

Hace un par de meses, leí algo que me hizo reflexionar frente al cierre de los ciclos, en el libro "Adulterio" de Paulo Coehlo: "porque las cosas que no terminan claramente siempre dejan una puerta abierta, una posibilidad inexplorada, una oportunidad de que todo pueda volver a ser como antes", ¡NADA MÁS CIERTO!...

Como la escéptica que soy, me dispuse a comprobar la veracidad de la dichosa frase, en el intento de dejar atrás al más reciente de mis tormentos... Decididamente, una mañana acudí a un encuentro "no planeado" con el susodicho, en el que no quería entrar en confrontaciones, ni permitir el espontáneo y patético lagrimeo; pero sí, dejar claro que no tenía interés en que la cosa entre los dos volviera a ser como antes.

A pesar de que el tipo NO captó la idea de que NO tenía interés en volver a su lado (porque es un egocéntrico de m... y jura que todas las mujeres mueren por él), al pasar unos días sentí una paz interior única. Me liberé de una carga emocional que no me hacía bien y de paso, le dí una lección al tipo, que debe estar acostumbrado (con su poder, inteligencia, elocuencia y demás) a que las féminas le rueguen; pero esa regla conmigo NO funciona, porque soy una chica de sentimientos blandos con convicciones firmes y era el momento de dar un adiós definitivo.

Sé que cuesta tomar la iniciativa, por supuesto y no lo hice sólo porque la frase de Coelho me motivara a mirar en introspectiva, sino también, porque creo que con la misma valentía que le das la "bienvenida" a alguien a tu corazón, debes aprender a dar un "adiós". Es importante sentarse a hablar, así sea por última vez, basta con tener una actitud de respeto hacia la otra persona y presentar los argumentos con sensatez, nada de victimarse. 

Tengo la seguridad de que el "deber ser" de las relaciones, es invertir esfuerzos, tiempo y sentimientos, en experiencias que edifiquen como persona y brinden tranquilidad. Si tienes una pareja que no te la da, simplemente no dudes en decir: "chau".













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