Si has dicho esta frase en algún momento de tu vida, entiende que ahora te llegó el turno de escucharla y no hagas dramas. A todos nos pasa... inseguridades, miedos, fantasmas del pasado o lo que sea... Cada quien tiene una forma combativa de vivir las transiciones del amor.
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Foto: www.artelista.com |
Yo no soy la más experta en este terreno y no hace falta convertirme en Cupido para entenderlo; pero sé que si quieres realmente a alguien y te sientes seguro del momento que atraviesan, no la usarás jamás. Ojo, usarla tampoco es un pecado; todo lo contrario, agradécele a quien te la diga, porque es un gesto de respeto y valentía.
Generalmente a nadie le gusta escuchar el cliché: "no eres tú, soy yo"; pero es difícil encontrar otra manera sutil de decir "lo siento, soy un perdedor y no puedo seguir"... Da igual, el efecto es el mismo; sin embargo, el trasfondo de la frase es lo importante. Te están queriendo decir: "si yo (como individuo) estuviera en otras condiciones, con una persona como tú sería totalmente distinto; pero no es así".
Me parece valiente, porque más allá del motivo, "no eres tú, soy yo" refleja una lucha interna y sin duda, decidir no pedalear más, porque puedes lastimar a alguien inocente, es liderar un acto de justicia.
Muchas veces callamos, sonreímos, besamos y hasta tenemos sexo con alguien, sin querer hacerlo; pero luego llegamos a casa, nos quitamos el disfraz y es ahí cuando sentimos culpa. No sé a ti; pero a mí, los sinsabores y las medias tintas no me gustan... y por eso, prefiero mil veces que me digan un "no eres tú, soy yo", a tener la sensación de que me mienten, me echan culpas o inventan excusas.
En este momento de mi vida, en el que me he encontrado conmigo misma y en el que estoy abierta a tener algo serio con alguien, creo que es más sensato ser escueto a la hora de expresar lo que se piensa, se siente y se quiere, porque con "las cuentas claras y el chocolate espeso", como diría mi madre, es más fácil encontrar el camino indicado.