domingo, 1 de junio de 2014

Ciudadanos impecables: una premisa

Con el desánimo y la desilusión generada a partir de las decisiones políticas, económicas y sociales consignadas en los resultados de las Elecciones Presidenciales del pasado 25 de mayo de 2014 en Colombia, que le permitieron a los candidatos, Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga disputar la segunda vuelta; he decidido hacer una última entrada en este blog sobre el tema electoral, para sugerir algunos puntos que nos llevarían a ser "ciudadanos impecables": 

1. Dado que en Colombia quien elige presidente no es el pueblo, sino el Ex Presidente Uribe y las 'maquinarias' de aquellos que a diestra y siniestra mercantilizan las esperanzas de una Nación; sólo me resta invitar a mis lectores y compatriotas a ejercer su derecho al voto de forma consciente, eligiendo al candidato cuyas propuestas y políticas correspondan a las necesidades reales del país, para que así puedan tener un sueño tranquilo durante los 4 años venideros (acuérdense que también existe el voto en blanco).



2. Tras las votaciones, se ha emancipado a través de redes sociales, una apología en la que se anticipa el panorama electoral del próximo 15 de junio, en donde los colombianos deberemos "elegir entre el SIDA y el Cáncer", como lo diría Vargas Llosa. Desde luego, la metáfora resulta asertiva si se pretende referenciar a los dos aspirantes a la Presidencia de la República de Colombia 2014-2018 ("2018-2022"): Santos y Zuluaga.

Sin embargo, cuando el asunto termina siendo letal al tomar cualquiera de las vías, es inadmisible sumarle músculo a una de las dos enfermedades; pues, para mí las urnas están diseñadas para actuar con convicción y no por conveniencia, porque no se trata de un juego de ajedrez.

3. Francamente, me parece que lo más sensato que podemos hacer quienes anhelamos un país distinto y elegimos en la primera vuelta una opción política de cambio, es votar en blanco.


... "Pero se pierde el voto!"


4. Es claro que el voto en blanco no ganará y de hacerlo, no tendría legitimidad para surtir el efecto de postular a otros candidatos; pero, ¿por qué votar para ganar? Esto es como el fútbol, gane o pierda la selección, si uno es buen hincha, siempre respaldará a su equipo.

5. Nuestra Colombia difícilmente cambiará, porque aun tenemos la mentalidad de que "mi voto debe hacer mella y no puedo perderlo"; sin duda, es una 'pavada' seguir pensando de esta manera. Si todos los colombianos fuéramos sensatos, emprenderíamos "la revolución del voto en blanco"; pero siempre queremos salir victoriosos y ponerle rostro a todo, incluso al desacierto.




¿Quién gana y quién pierde?


6. Gane Santos o gane Zuluaga, definitivamente pierde Colombia, porque a estos 'personajillos burgueses' sólo les interesa tener poder; ellos nunca pensarán en el campesino que de sol a sol debe cuidar sus cultivos para ganarse unos cuantos centavos y darle de comer al citadino; tampoco, en las interminables filas de pacientes desatendidos que acuden a las EPS; mucho menos, en el desempleado, en la niñez y la juventud que necesitan educación gratuita y de calidad.

7. Es evidente que alguno de los dos quedará electo, no sólo por "montaje", sino porque inexplicablemente existen personas que respaldan a dichos candidatos, a sabiendas de la corrupción que tejen sus campañas y su pésima capacidad ejecutiva y administrativa.

Sin embargo, yo como "ciudadana impecable" no cargaré la cruz por haberle regalado mi voto al Cáncer o al SIDA, reconociendo que existe en el tarjetón el recuadro blanco. 

Que la "democracia" (lo que deciden las mayorías) elija al que se le venga en gana, porque no le daré la estocada final al país que amo y al que quiero ver renacer entre los escombros. #NiSantosNiZuluaga




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