martes, 9 de mayo de 2017

¡Sevilla de miarma!

Plaza de España (Sevilla).

Como si se tratase de una tierra bendecida por la mano del Todopoderoso, la capital andaluza fue creada con un sentido de la estética y la estrategia de calidad suprema. No hay quien pise este lugar y no se sienta eclipsado por su arquitectura, olor a incienso, tradiciones, comida e idiosincrasia. No cabe duda, que Sevilla fue hecha para enamorar. 

Interiores del Real Alcázar (Sevilla).
El Puente de Triana, la Catedral, el Real Alcázar, el barrio Santa Cruz, la Real Maestranza, la Plaza de España y otros tantos lugares, hacen de esta (a mi parecer), la ciudad más hermosa y despampanante del sur de España. Pero he de reconocer, que los lugares no serían más que grandes construcciones, sin el sello que le imprime la tradición y su gente.

Durante el primer trimestre del año, Sevilla se viste de Semana Santa, pero no como una ciudad cualquiera, sino con gran fervor, que tiene reconocimiento mundial. Esta celebración que se desarrolla desde el siglo XVI es la más sagrada para los sevillanos y cobija tan solo en su organización, según el portal oficial de turismo de España, Spain.info, alrededor de 50.000 personas que se visten de nazarenos. 

Es increíble todo lo que se mueve debajo y detrás de esta conmemoración. En Sevilla no importa qué tan creyente se sea, simplemente hay una enorme pasión por la integración, por el trabajo en equipo y reitero, por la tradición. Numerosas asociaciones de fieles (hermandades) preparan durante el año los pasos que saldrán a las calles para hacer el Via Crucis; pero aquí, todo es por lo alto, no hay mezquindad alguna para el vestuario y accesorios que lucirán las imágenes de Cristo, María y demás Santos de gran peso y tamaño, que algunos hombres fortachos, llamados costaleros, cargan sobre una especie de turbante grueso, que casi tapa sus ojos y que al caminar van con pisadas sincronizadas durante un extenso trayecto.


Como si fuera poco, a estas procesiones también se suman bandas musicales, que destacan tanto por sus trajes, como por su majestuosidad interpretativa. Es mágico y admirable. Uno pensaría que todos los que se congregan en la organización son creyentes, pero no y aunque resulte una ironía, creo que eso le da mayor valor a esta fiesta, hecha para todos.

Luego de la Semana Mayor, en Sevilla se vive la Feria de Abril, un evento creado en 1847, que se prolonga durante una semana entera y se instala en el barrio Los Remedios, para impregnar a la ciudad de arte, creatividad, belleza, gastronomía y una vez más, tradición.

Feria de Abril (Sevilla). Foto: Andalucía News.
Se trata de la ubicación de más de 1.000 casetas públicas y privadas, a las que asisten familias, asociaciones, gremios, propios y turistas, para celebrar (digo yo), la fortuna de vivir en Sevilla. Pero como todo en esta ciudad no puede hacerse como si fuese cualquier cosa, las casetas no son simplemente carpas, sino una especie de salones decorados con encanto y detalles de fina coquetería... flores, cortinas, espejos, barras, lámparas, mesas y sillas coloridas, para que los anfitriones reciban como Dios manda a sus invitados.

Para que se hagan una idea, es como si temporalmente se creara un barrio de lujo en un descampado. Es simplemente, precioso y curioso... Calles con luces navideñas y faroles coloridos, casetas con nombres ingeniosos, mujeres esbeltas vestidas de flamenca, danzando sevillanas y hombres elegantes con sus trajes que cortejan en silencio. Y no podría dejar escapar la Portada de la Feria,  que cada año tiene un aspecto diferente y es protagonista del día inaugural, para encender oficialmente el "alumbrao".

Así como esta, pero a menor escala, en Triana, barrio de alfareros, cantaores, poetas y turistas (el barrio de mi alma), ubicado junto al río Guadalquivir, se celebra a finales de julio, la Velá de Santa Ana, en la que el puente más lindo que han visto mis ojos, se viste con farolitos para convocar en la Calle Betis, a los amantes de las sevillanas, el flamenco y la comida típica.

Velá de Santa Ana - Triana (Sevilla).
Otra cita interesante para acudir en Sevilla es el Festival de las Naciones, que se realiza a mediados de septiembre, en el Prado de San Sebastián, evento que se constituye en la integración de algunos países de África, Asia, Europa y América, para deleitarse con una muestra artesanal, gastronómica y musical. Probablemente se me haya escapado algún evento o detalle, pero estas son las celebraciones que he presenciado y las recomiendo a ojo cerrado. 

Debo decir que, pese a que Sevilla es uno de los destinos de Europa más calurosos en época de verano, alcanzando temperaturas hasta los 45°C a la sombra, esta ciudad no necesita playa, porque la encuentra a una hora en coche, en Huelva. Lo que sí está claro, es que para vivir en ella, en cualquier estación del año se necesita tener un espíritu con mucha marcha; es decir, uno alegre, divertido y jovial, porque hay mucho por disfrutar. 




Puente de Triana (Sevilla).